Una nueva división de FinCEN se enfocará en identificar principales amenazas extranjeras de lavado de dinero
La Unidad de Inteligencia Financiera de EE.UU., la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN), ha lanzado su División de Investigaciones Globales (GID por sus siglas en inglés) que será responsable de implementar estrategias de investigación específicas relacionadas con la autoridad de FinCEN –bajo la Ley de Secreto Bancario (BSA)— para combatir las amenazas de delitos financieros y los crímenes relacionados, a nivel nacional, pero sobre todo con un enfoque internacional.
El director de FinCEN, Kenneth A. Blanco, anunció que Matthew Stiglitz, ex subdirector principal de la División Criminal del Departamento de Justicia, liderará GID. Stiglitz aporta una considerable experiencia a FinCEN en complejas investigaciones internacionales después de pasar más de 24 años como fiscal estatal y federal.
«FinCEN se beneficiará enormemente de la experiencia, liderazgo y habilidades de gestión de Matthew», dijo el Director Blanco. «Estamos entusiasmados de tenerlo en nuestro equipo mientras defendemos a GID para centrar aún más los esfuerzos de investigación de FinCEN para proteger de daños a nuestra nación y su gente».
GID aprovechará la potestad de FinCEN sobre la BSA, incluida la Sección 311 de la Ley USA PATRIOT de EE.UU., para investigar y controlar el financiamiento del terrorismo y las amenazas de lavado de dinero. GID trabajará más estrechamente con sus contrapartes extranjeras para coordinar acciones.
Con la intención de proteger a Estados Unidos de actividad financiera ilícita FinCEN debe asegurar que los bancos y otras instituciones financieras en otros países con controles ALD severamente deficientes no tengan acceso al sistema financiero estadounidense. Para lograr esto, EE.UU. cuenta la Sección 311, que está codificada en la Ley de Secreto Bancario de EE. UU. (31 U.S.C. Sección 5318A)
Este estatuto le otorga a FinCEN la autoridad para imponer «medidas especiales» a las instituciones financieras en EE.UU. y otras jurisdicciones si considera que son de «preocupación principal de lavado de dinero». Entre las «medidas especiales» más severas se encuentran las que prohíben o restringen la apertura o el mantenimiento de cuentas corresponsales o de pago para una institución identificada.
Bajo algunas de las medidas especiales, emitidas contra FBME Bank Llt, de Chipre enmarzo de 2016, FinCEN designó a la sucursal chipriota de FBME, con sede en Tanzania, como una institución financiera de preocupación primaria de lavado de dinero. FinCEN prohibió a las instituciones financieras estadounidenses abrir o mantener cuentas corresponsales para, o en nombre de, FBME.
En América Latina, tres instituciones bancarias fueron catalogadas en los últimos años como organizaciones de preocupación principal de lavado de dinero: el Banco Continental de Honduras se convirtió en la primera institución bancaria en entrar al listado OFAC de Estados Unidos de individuos y empresas del andamiaje financiero de “lavado” de ganancias del narcotráfico, y fue cerrado por el gobierno de Honduras, que dispuso una “liquidación forzosa” en el año 2015; el banco Balboa Bank & Trust de Panamá también fue incluido en la lista en el año 2016 y el banco Bancorp de Nicaragua en abril de 2019, que también dejaron de existir como tales.
El origen de GID es la ex Oficina de Medidas Especiales (OSM) de FinCEN, que anteriormente formaba parte de la División de Cumplimiento de FinCEN. El uso estratégico de FinCEN de la Sección 311, así como de otras autoridades de recopilación de información, como las órdenes de orientación geográfica (GTO), geographic targeting orders. y otras, se ha expandido enormemente en los últimos años. FinCEN ahora tendrá una división enfocada en el uso de estas autoridades para obtener el máximo efecto, basándose en el trabajo previo de OSM.
GID busca emplear los mandos de FinCEN para detectar y disuadir una amplia gama de amenazas potenciales para el sistema financiero y de seguridad de EE.UU., incluidas aquellas que tienen un nexo con la proliferación de armas de destrucción masiva, con el crimen organizado transnacional, el tráfico internacional de narcóticos, y el terrorismo.