NYDFS multa a Western Union US$60 millones por fallas en sus controles ALD, un año después de una multa federal más grande
El regulador estatal de Nueva York — NYDFS –sancionó el viernes pasado al mayor transmisor de dinero del mundo con US$60 millones por fallas históricas en el cumplimiento de obligaciones para combatir los delitos financieros y por haber ignorado deliberadamente transacciones fraudulentas, una pequeña multa en comparación con la multa federal de US$600 millones que recibió hace menos de un año.
El Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York (NYDFS) señaló que sancionó a Western Union por permitir un laxo programa antilavado de dinero (ALD) durante más de una década, donde agentes deshonestos movieron cientos de millones de dólares vinculados a potenciales ardides ilícitos, con la ayuda de ejecutivos y gerentes que cubrían sus huellas y no informaban actividades sospechosas.
Según la NYDFS, estos altos funcionarios de Western Union prefirieron las ganancias a los controles adecuados, protegiendo, elogiando e incluso recompensando a los agentes de alto volumen en Nueva York que trabajaban con China, otros estados y en todo el mundo para aumentar los resultados económicos, mientras se apoyaban esquemas fraudulentos en el extranjero y posiblemente incluso el tráfico humano.
La medida es una mayor evidencia de que los programas ALD en las instituciones financieras –bancos, negocios de servicios monetarios y las actividades en este rubro— deben buscar más allá que las clásicas señales de alerta de lavado de dinero, también deben buscar actividades fraudulentas que podrían perjudicar sus operaciones y clientes.
«Los ejecutivos de Western Union situaron a las ganancias por encima de las responsabilidades de la compañía para detectar y prevenir el lavado de dinero y el fraude, al elegir mantener relaciones y no disciplinar a agentes evidentemente sospechosos pero altamente rentables», dijo la Superintendente del NYDFS Maria Vullo en un comunicado.
La medida tomada por el estado de NY refleja el impulso federal –y los esfuerzos globales de los países y grupos de control— exhortando a las instituciones financieras a converger sus programas ALD, fraude y de ciberdelitos, para crear un equipo de cumplimiento ágil, informado y entrelazado.
El objetivo final: crear una falange virtual que evite todas las amenazas provenientes de todas las fuentes y detectar e informar actividades aberrantes con profundidad, matices y contexto.
Como parte del acuerdo, el regulador exige a Western Union a designar un «Punto de Contacto de Cumplimiento» –Compliance Point of Contact— para proporcionar actualizaciones sobre los esfuerzos generales de remediación y vigilar a los agentes en Nueva York que presentan la mayor cantidad de reportes de operaciones sospechosas (ROS).
Parte de ese esfuerzo incluirá exigir a todos los agentes que cumplan con las normas estadounidenses ALD, incluyendo la presentación de informes de transacciones en efectivo (CTR), una crítica clave donde se señala que agentes (e incluso un miembro del personal de cumplimiento) ayudaron a los defraudadores a estructurar las transferencias para evadir los requisitos de informes.
Western Union también debe presentar un plan de mejoras y mantener actualizado al regulador estatal cada seis meses durante los próximos dos años.
NYDFS también ha utilizado su dominio para capturar más datos en transacciones muy por debajo de los umbrales de US$5.000 para los reportes de operaciones sospechosas (ROS) y US$10.000 informes de transacciones en efectivo (CTR), consciente de que parte del problema era que los agentes de Western Union permitían, y en algunos casos aconsejaban, a los clientes evadir los requisitos de informes al estructurar las transacciones.
La orden establece que Western Union ahora debe buscar e informar transacciones sospechosas o potencialmente fraudulentas de US$2.000 o más, significativamente menores que el umbral federal de US$5.000 para los ROS, si entran en contacto con Estados Unidos, independientemente de en qué país se originaron o se recibieron.
La sanción federal ocurre a un año del DPA federal
La medida del NYDFS destaca muchos de los mismos problemas citados en un acuerdo federal anterior.
En enero del año pasado, Western Union con sede en Englewood, Colorado, debió entregar en concepto de confiscación –forfeiture— US$586 millones tras llegar un acuerdo de enjuiciamiento diferido (deferred prosecution agreement, DPA) con el Departamento de Justicia de EE.UU., La Comisión Federal de Comercio (FTC) y las fiscalías de Pensilvania, California y Florida por cargos de fraude electrónico y por contar con un programa ALD débil.
La medida fue la mayor sanción relacionada con el área de cumplimiento contra un MSB
La orden también se enfocaba en acciones entre 2004 y 2012, donde Western Union violó las leyes ALD de EE.UU. y los estatutos antifraude «procesando cientos de miles de transacciones para agentes de Western Union y otros involucrados en un esquema internacional de fraude al consumidor», involucrando a agentes y subagentes deshonestos en, y haciendo negocios con, jurisdicciones que incluyen a México, América Latina, el Reino Unido y China.
Los esquemas incluyen los que muchas personas han visto en sus correos electrónicos, como por ejemplo fraudes del Príncipe Nigeriano, loterías falsas, fraudes románticos y otros, donde los clientes son engañados para girar dinero a cambio de algo que nunca recibirán.
El DPA señala lagunas clave en la supervisión y gestión de agentes y subagentes, incluidas las instancias en las que el análisis de Western Union tomó nota de actores problemáticos con meses o años de dificultades, y donde la compañía no hizo nada para responder ante estos escenarios.
Las órdenes también indican que los agentes no visitaban a los subagentes en regiones de riesgo para determinar, en persona, si estaban siguiendo los protocolos o si eran títeres potenciales para los delincuentes.
Remesador «ignoró deliberadamente» la conducta improcedente de los agentes de NY y China
En la acción del estado de NY, los investigadores del NYDFS concluyeron que varios ejecutivos y gerentes de Western Union «sabían o ignoraron deliberadamente una conducta inapropiada que involucraba a agentes del corredor de NY-China» desde 2004 hasta 2012, en algunos casos incluso después de que el Departamento de Justicia de EE.UU. iniciara una investigación de actividades del agente.
Western Union también esperó dos años para revelar la investigación a NYDFS.
Pero WU debería haber estado al tanto de las actividades indebidas debido al tamaño diminuto de los agentes.
Los agentes del corredor NY-China incluyen «una pequeña empresa ubicada en Bajo Manhattan—Lower Manhattan—, una en Sunset Park, Brooklyn, y otra en Flushing, Queens», según la orden. «A pesar de su pequeño tamaño, estos agentes fueron algunos de los más grandes de Western Union en el mundo por volumen de transacciones, y por lo tanto, algunas de las más rentables para la compañía».
El agente del Bajo Manhattan, una pequeña agencia de viajes que ofrecía servicios de transmisión de dinero de Western Union, procesó más de 447,000 transacciones por un total de más de US$1.140 millones entre 2004 y el 2011, según el regulador.
La ubicación de Sunset Park, un pequeño negocio que vende servicios de telefonía móvil inalámbrica a los consumidores, y que ofrece servicios de transmisión de dinero de Western Union como negocio secundario, procesó más de 302,000 transacciones, por un total de más de US$600 millones, entre 2005 y 2011.
Pero cuando los peritos del estado examinaron más de cerca, muchas de esas transacciones tenían el sello distintivo de las técnicas de estructuración clásicas.
«Casi todas las transferencias en los más de US$1.700 millones procesados en este período por los agentes del Lower Manhattan y Sunset Park fueron transmitidas a China», dijo el regulador, agregando que según las autoridades federales de aplicación de la ley, «al menos 25 al 30% de estas transacciones mostraron indicios de estructuración ilegal».
La supervisión de agentes un continuo problema para las grandes remesadoras
La supervisión de los agentes ha sido el núcleo de algunas de las sanciones más importantes relacionadas con el cumplimiento de los delitos financieros contra los pesos pesados de la industria de envíos, MoneyGram y Western Union.
En febrero de 2016, MoneyGram pagó US$13 millones para resolver una investigación de distintos estados de EE.UU. donde clientes alegaban que estafadores los engañaron a girar fondos a través del servicio de transferencia de dinero.
Esa acción siguió a problemas anteriores vinculados al fraude y al lavado de dinero. En 2012, MoneyGram fue castigado con una multa de US$ 100 millones por parte del Departamento de Justicia de EE. UU. por fallas generalizadas en sus programas ALD y anti fraude.
La cuestión clave se relacionaba con agentes que estafaban activamente a los individuos en «compras secretas» y otros fraudes y la empresa no los terminaba, a pesar de que conocían los problemas, porque estos también eran agentes altamente rentables.
En 2014 FinCEN impuso una multa individual de US$ 1 millón contra Thomas Haider, quien supervisó el programa ALD y de prevención de fraude de MoneyGram durante un período de seis años en el cual el servicio de transferencia de dinero procesó miles de transacciones para agentes involucrados en esquemas de fraude.
Western Union tampoco se ha librado de importantes sanciones relacionadas con los programas de ALD y el accionar de los agentes.
La compañía pagó US$94 millones en 2010 para resolver los cargos de los investigadores en Arizona y otros estados que la compañía, y sus agentes, no estaban haciendo lo suficiente para detener a los traficantes de personas y bandas de narcotraficantes en el sudoeste de la frontera de EE.UU.
Pero en los últimos años, las multas pagadas son solo una parte del gasto total de Western Union para mejorar las prácticas de cumplimiento.
El remitente detalló en una declaración que el gasto en cumplimiento desde 2012 ha aumentado en cientos de millones de dólares.
En los últimos seis años, Western Union aumentó los fondos para el cumplimiento en general en más del 200%, y actualmente gasta unos US$200 millones anuales.
El resultado: más del 20% de la fuerza de trabajo de la compañía se dedica actualmente a funciones en el área de cumplimiento de delitos financieros, y la mayoría proviene de las agencias de ley y regulatorias.
Parte de las mejoras también se enfocan fuera de los equipos de cumplimiento, agregando más capacitación para agentes globales, ofreciendo más educación a los consumidores sobre posibles estafas y alertas y reforzando la tecnología para descubrir mejor las transacciones potencialmente fraudulentas y los fondos ilícitos, según una declaración de Western Union.
La conclusión de esos esfuerzos: una caída del 60% en el valor en dólares del fraude reportado relacionado con las transacciones basadas en clientes.
«Compartimos el objetivo del Departamento de Servicios Financieros de Nueva York de proteger a los consumidores y la integridad de nuestra red global de transferencia de dinero», dijo la compañía en un comunicado, y agregó que ha realizado «mejoras sustanciales desde entonces como parte de nuestro compromiso de continuar mejorar nuestros programas de cumplimiento».